Chile es reconocido, internacionalmente, como un país extremadamente atractivo por su variedad de escenarios y climas, sus tradiciones, la hospitalidad de su gente y su estabilidad económica y social entre otros atributos. Así es como nace en el año 1975, el Servicio Nacional de Turismo (SERNATUR), con el propósito de investigar, planificar, fomentar, controlar, promover y coordinar el turismo, para realzar la importancia de esta actividad en nuestro país, siendo particularmente significativo el poder contribuir al desarrollo económico, social y cultural, especialmente de aquellas regiones más deprimidas.
Hasta la década del 80, los complejos turísticos, pensiones, hoteles, etc. y todas las actividades que desarrollaba el sector, estaban dirigidas al turista nacional. Sólo a partir de 1990 se comienza a experimentar una entrada importante y progresiva hasta nuestros días, del turista extranjero, especialmente europeo y americano. Esta importante entrada de divisas para el país y para el sector empresarial dedicado a este negocio, motivaron a un significativo grupo de inversionistas nacionales y extranjeros a impulsar aún más la actividad, traduciéndose en un incremento notable tanto en el número, como en la calidad de complejos turísticos y hoteles a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional.
Para ofrecer al turista las máximas garantías de seguridad, ha sido necesario no sólo mejorar la infraestructura hotelera, sino que, paralelamente, desarrollar conductas y sistemas que aseguren la higiene y salubridad de los recintos. Es aquí donde adquieren protagonismo las empresas controladoras de plagas.
El control en sí no difiere mayormente de lo que hemos descrito hasta ahora en capítulos anteriores, sin embargo, se nos presenta una situación nueva, y es que los pasajeros pernoctan en el lugar. Si consideramos el ir y venir de tantas personas, desde y hacia los sectores más variados, de distintos hábitos y costumbres, entenderemos que se hace imprescindible contar con un riguroso esquema de sanitización y control de vectores infecciosos.
Al respecto, se describen importantes plagas que son trasladadas por los propios pasajeros a través de sus equipajes y enseres, contribuyendo de esta forma a la dispersión de las mismas.
Así como se presentan plagas ligadas a los dormitorios de complejos turísticos, también existen otras áreas, igualmente importantes para el desarrollo del país, que pueden verse comprometidas, como son las plantas mineras, las Fuerzas Armadas, los internados de enseñanza media y pensiones estudiantiles, entre otras.
En el caso particular de la minería, muchos de sus empleados trabajan con sistemas de turnos quincenales (o similares), lo que les permite tomar el empleo aún cuando puedan vivir a cientos de kilómetros. Por ello, potencialmente, cada uno de ellos puede ayudar a dispersar a un tipo de plaga de manera inimaginable.
Las plagas más comunes relacionadas a la condición de pernoctar en el lugar, son:
Es importante resaltar que en el caso de las vinchucas, los más comprometidos son aquellos establecimientos ubicados en zonas endémicas y rurales, así como los mineros dedicados a la minería artesanal de la precordillera.